El violin es un instrumento de origen muy remoto, que pertenece a los instrumentos de
cuerda, y dentro de este género pertenece a los de cuerda frotada -siendo uno de los mas pequeños-, pues las cuerdas generan su sonido al recibir la
fricción de un arco que contiene un manojo de fibras de pelos de caballo. Estas fibras reciben
la tensión del mismo arco y, al frotarse sobre las cuerdas del violín,
logran generar un sonido muy particular.
Los conciertos para violín se han escrito desde el Barroco, cuando fue desarrollada por primera vez la forma de concierto para solista, hasta la actualidad. Muchos de los grandes compositores han contribuido al repertorio de concierto para violín, entre los que destacan Johann Sebastian Bach, Béla Bartók, Ludwig van Beethoven, Johannes Brahms, Max Bruch, Felix Mendelssohn-Bartholdy, Wolfgang Amadeus Mozart, Niccolò Paganini, Jean Sibelius y Piotr Ilich Chaikovski. Tradicionalmente el concierto para violín fue una obra de tres movimientos, pero una serie de compositores modernos lo han estructurado en cuatro movimientos, como Dmitri Shostakóvich, Ígor Stravinski y Alban Berg.
El concierto para violín en mi menor, Op. 64. Felix Mendelssohn
El concierto en mi menor es la ultima gran obra orquestal del compositor alemán Felix Mendelssohn-Bartholdy. Iniciada en 1838 y terminada el 16 de septiembre de 1844, es considerada una integración magistral de virtuosismo y de musicalidad, ademas de uno de los conciertos para violín mas populares y mas interpretados por todos los tiempos, pues está lleno de líneas melódicas que brotan del violín aparentemente sin esfuerzo y que sin embargo explota totalmente el potencial técnico del instrumento.
La obra esta orquestada para vioin solista y una orquesta clásica normal compuesta de dos flautas, dos oboes, dos fagotes, dos trompas, dos trompetas, dos timbales y cuerdas.
El primer movimiento incluye una cadenza escrita por completo. Tradicionalmente, la cadenza se deja a la improvisación, composición o elección del solista.El final en particular de ese movimiento presenta un virtuosismo desenfadado y verdaderas melodías integradas en uno de los scherzos maravillosamente endiablados de Mendelssohn. Es esta combinación de virtuosismo y lirismo la que ha hecho que el concierto fuera apreciado por generaciones de violinistas y oyentes.
Otra innovación es el modo en el que los movimientos están enlazados entre sí. Un fagot sostiene una sola nota todo el tiempo desde el último acorde del primer movimiento, creando un lazo armónico con el segundo movimiento. Ese movimiento avanza sin pausa hacia una sección de transición que lo vincula con el final.
Esta excelente interpretación es hecha por la orquesta filarmónica de Nueva york y el director Kurt Masur en el año de 1995. La solista es Sara Chang con apenas 15 años de edad, es una violinista clásica estadounidense de escendencia coreana que comienza sus estudios ante de los 6 años y hoy en día es considerada una gran intérprete de su instrumento.
Primer movimiento (1era parte)
Primer movimiento (2da parte)
Segundo movimiento
El concierto para violín en Re mayor, Op 35. Piotr Ilich Tchaikovsky
Es compuesto por Tchaikovsky en el año de1878, en
Suiza a las orillas del lago Lemán. Al principio la obra no fue bien
recibida y su estreno se retrasó hasta 1881, al haber sido rechazada por los
violinistas dedicatarios, Leopold Auer y Yosif Kotek, que consideraban que la
instrumentación exigía unas dificultades virtuosísticas impracticables, y
posteriormente la crítica tampoco mostró benignidad alguna. Sin embargo, en la
actualidad el para violín en re mayor es una pieza obligada
en el repertorio de los violinistas y ha calado en el gusto del público, que ha
terminado sintiendo la intensa expresividad que justifica las dificultades
técnicas de sus solos violinísticos.
Las dos facetas del estilo de Tchaikovsky están presentes en el concierto. Por un lado su nacionalismo, reivindicador del folclore ruso, patente en la factura y carácter de los temas, y por otro su academicismo de tradición alemana, reflejado en la sólida construcción formal (forma sonata, lied y rondó para cada uno de los tres movimientos) y en el meditado rigor del tratamiento temático (variación, fragmentación, secuenciación, decoración). El Concierto para violín es como un paréntesis soleado, desbordante de pasión y vitalidad, en medio de la azarosa y trágica trayectoria del compositor.
Itzhak Perlman, uno de los mejores y más famosos violinistas de la segunda mitad del siglo XX, realiza una excelente interpretación de esta pieza
Primer movimiento (1era parte)
Primer movimiento (2da parte)